El Consejo de Ministros ha aprobado la remisión a las Cortes Generales del Proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).

El anteproyecto de la LOMCE ha suscitado todos los rechazos posibles, tanto desde la comunidad educativa (padres y madres, estudiantes y profesionales de la educación) como de los distintos organismos consultados sobre la futura ley: el último de ellos el Dictamen del Consejo de Estado. Se convierte así en un proyecto de ley que podrá ser impuesto pero que no podrá ser fruto del consenso, puesto que no ha existido ni el mínimo diálogo necesario, y que, de aprobarse, desoirá todas las recomendaciones sobre su más que necesaria retirada.

El presidente del gobierno cuando tomó posesión de su cargo, dijo en su sesión de investidura lo siguiente: “…la educación es el fundamento esencial para la libertad, para la igualdad de oportunidades, la cohesión social y la convivencia democrática. La España del futuro dependerá de nuestro sistema educativo. No podemos permitirnos el lujo de replantear el modelo de nuestra educación al compás de cada cambio de Gobierno. Por lo tanto, buscaremos el más amplio consenso para abordar los cambios que requiere la situación actual…”.

El Ministro de Educación, en su primera comparecencia ante la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, dijo que: “Nuestra voluntad de entendimiento es sincera, prueba de ello es que no hemos caído en la tentación de aprovechar la amplia mayoría que nos han confiado los ciudadanos para aprobar una nueva ley general educativa. No sería bueno que la educación española pasara de nuevo por un trance que genera inestabilidad y desconcierto…”… “Tengan la seguridad de que por mi parte la palabra clave en el enfoque de la política educativa va a ser también el diálogo. Diálogo con la oposición, con las Comunidades Autónomas, que tienen la competencia de gestionar la mayor parte de las materias de las que trata este Ministerio, y diálogo amplio y sincero con la comunidad educativa.”

Todos los  ciudadanos nos sentimos engañados  al recordar estas palabras y ver que la actual política educativa nada tiene que ver con ellas.

Por nuestra parte vamos a seguir estando contra la LOMCE y participaremos y colaboraremos en todas las actuaciones que se hagan para su retirada o modificación. Así mismo os pedimos que manifestéis de la forma que consideréis oportuna vuestra disconformidad con esta Ley.